no pollo al ajillo (receta para un niño empático).

Septiembre me encanta. Me encanta, además de porque sea el mes en que acaba el verano y empieza a notarse que oscurece antes y que el índice UV baja y las aceras se llenan de hojas secas que crujen cuando las pisas, por los cuadernos a estrenar. Porque en un cuaderno nuevo no empiezas haciendo un garabato, ni escribiendo cualquier cosa de cualquier manera. Empiezas esforzándote por poner algo bonito con tu mejor letra, por no torcerte. Porque aunque sepas que acabarás tachando y usando abreviaturas y dibujando floripondios en las esquinas, decidir qué vas a poner en esa primera hoja y con qué color es una de esas cosas importantes de las que nadie habla pero que ahí están.

Y ya sé que igual este no pollo al ajillo parece poca cosa para inaugurar un blog. Pero tiene su porqué.

Resulta que hará un par de días, a raíz de un post que escribí en mi blog personal y donde hablaba, entre otras cosas, sobre mi madre, coincidí virtualmente con la mamá de un niño de 4 años que había decidido que no quería comer animales (de la autora del blog que os enlazo ya hablaré cuando me presente, ya…). Y cuando vio mi foto del no pollo y me preguntó cómo lo hacía, me pareció tan increíble que quisiera saberlo que le prometí que subiría la receta. Porque yo una vez, hace muchos muchos años, fui ese niño. Aunque sólo en parte. Porque a mí mi madre, de chica, para que comiera pollo me contaba que a ese pollo en concreto no lo mataban, que mis filetes los hacía ella con harina. Y yo, que era un poco gilipollas y me lo creía to, iba anunciándolo por ahí. Y el resto de niñxs se reía de mí, claro, porque todo el mundo sabía que era mentira menos yo, que ni se me pasaba por la cabeza que mi madre fuera a mentirme, menos en algo tan importante como aquello. Pero este niño tiene muchísima suerte. Porque su madre realmente respeta sus sentimientos. Y no sólo no va a mentirle, sino que va a esforzarse para que él pueda comer bien sin que ningún animal sufra para ello, como en las películas en las que salen bichos que parece que mueren pero no. Y no sé a vosotrxs, pero a mí descubrir que existen madres/padres así me hace la mar de feliz.

Y es por eso por lo que he elegido esta receta tan sencilla, y no otra, para estrenar este cuaderno que ya veremos cómo acaba.

NO POLLO AL AJILLO

Ingredientes:

  • milanesa soja

    *milanesa de soja previo macerado*

    Soja texturizada (en forma de milanesas, medallones o cualquier otro formato tipo corte de carne que encontréis por ahí y os guste).

  • Agua caliente suficiente como para cubrir los filetes.
  • Salsa de soja, un chorrito es suficiente. También le vendría bien salsa teriyaki.
  • Ajo laminado finito. Yo le pongo como media cabeza, pero depende de lo que te guste el ajo. A mí no hay vampiro que se me acerque a 100 metros a la redonda.
  • Hierbas aromáticas. Yo usé orégano y tomillo, pero tú puedes usar las que más coraje te den.
  • Zumo de medio limón. O más, depende de cuánto te guste el limón.
  • Humo líquido (opcional; parece una cosa raruna pero en Carrefour lo venden y en muchas tiendas veganas online también).

Preparación:

La soja texturizada es una buena fuente de proteína porque a pesar de estar procesada, no se le añade nada más, y esto no lo digo yo, que a fin de cuentas de estas cosas sé lo que voy leyendo por ahí, lo dice una nutricionista de las buenas. No como la carne animal, que vete tú a saber la de mierda que te estás metiendo en el cuerpo entre hormonas, antibióticos y otras drogas con cada filete (ética aparte). Las milanesas de soja del Granero Integral que yo he comprado tienen casi 54 gr. de proteína por cada 100 gr. de producto. Si nunca has usado soja texturizada verás que la venden de 80 formas. Fina (ideal para el ragú vegano), gruesa, más gruesa (para hacer pinchitos), en medallones, en filetes… Sea como sea, la soja texturizada es seca y no sabe absolutamente a nada. Eso es bueno porque podemos hacer que sepa a lo que nosotros queramos (menos a Idris Elba, que es a lo que me gustaría que supieran a mí).

macerando

*soja macerando*

En este caso lo que haremos es marinarla para que se hidrate y coja sabor. Yo busqué un tuper grande (en cuanto a superficie) y no muy hondo porque no me hacía falta que lo fuera, ya que las milanesas son finitas (aunque al hidratarlas aumentan de volumen). Cuando tengas tu tuper/fuente, colocas los filetes de soja en él, los cubres de agua caliente (no hace falta que esté hirviendo, puedes echarla directamente abriendo la caliente en el grifo) y le añades todo lo demás, moviéndolo un poquillo para que no se quede todo pegado en una esquina. Luego lo tapas con un papel film y lo dejas reposar a temperatura ambiente unas cuantas horas. Yo suelo dejarlo como 4 ó 5. Cuando llegue el momento de hacerlos, mientras calientas una sartén con un chorrito de AOVE, escurre los filetes presionándolos entre las manos para quitarles el exceso de líquido y a continuación ve poniéndolos en la sartén. Yo pesco el ajo laminado con un tenedor y lo añado también porque me encanta, pero esto te lo puedes saltar. Mientras se van haciendo, puedes meter la mano en el mejunje en el que has macerado los filetes, y salpicarlos con él. Dale la vuelta de vez en cuando, como harías con cualquier filete. Casi al final, para que no se quemen, puedes añadirles las hierbas, rescatándolas del marinado con una cuchara o un tenedor.

no pollo al ajillo

*no pollo al ajillo*

Puedes acompañarlos de cualquier cosa, verdurita, puré de patatas (casero, que está mejor y se hace en un plis), patatas fritas (menos saludables pero somos veganxs, no ascetas) o comértelos a pelo, que están muy buenos también.

 Y ahora voy a darle a publicar (ains, qué nervios :)).

14 pensamientos en “no pollo al ajillo (receta para un niño empático).

  1. Por fin.
    Es que soy tan fan de cómo escribes. Porque haces las cosas que me gustaría hacer a mí: es decir, meterle caña a las recetas cuando las explicas. Yo soy de las de «receta sola, no metas nada en medio». Y realmente es que lo que ocurre es que necesito soltarme más…
    Qué bonito va a ser todo con este blog, ya lo verás.

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    • Sí, por fin. Y no ha tenido nada que ver con tus «ábrete un puto blog» ni nada… noooo…
      Nah, ahora en serio, me encanta que te guste leerme porque a mí me encanta leerte a ti y porque ya sabes que empezó a gustarme cocinar por tu curpita. Y me encanta que el primer comentario sea tuyo porque ya sabes que este blog es tu curpita también.
      Que vaya a ser bonito o no, eso ya se verá. Pero si al final resulta que sí, que sale bonito, seguro que también tienes tú mucho que ver 😉

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      • Va a ser súper bonito. La gente normalmente no comenta, en estos tiempos del Facebook y demás. Pero leen. Y, si no leen, siempre tendrás un blog para mirar recetas que has traducido y que no quieres volver a traducir, que es lo que hago yo. Y eso es genial.

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      • La verdad es que no me esperaba este recibimiento. No sólo ha entrado a leerme un montón de gente y me habéis comentado vosotras, también tu amiga K. me ha mandado dos diseños de portada para que los usara si quería (gracias de nuevo, K.). Y a mí esas cosas me recuerdan a las flores que crecen en las paredes y me ponen una sonrisa de oreja a oreja :). Así que sí, bonito ya está siendo. Gracias por la parte que te toca ❤

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    • Si lo haces quiero foto. Tiene que ser con soja texturizada, eh, con pollo no vale 😉

      Qué bien tenerte por aquí también. Ahora sólo queda que te abras tú otro blog, uno sobre arte, así mientras tú te vas veganizando con el mío, yo voy culturizándome un poco con el tuyo, que mal no me va a venir 🙂

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  2. Hola guapa! Otra vez tu seguidora de Valladolid…
    Es para darte una idea, si quieres probar. Yo no soy muy amiga de la soja, así que en su lugar uso legumbres texturizadas, pero seguro que con la soja queda ideal.
    Mi receta consiste en hacer carne guisada vegana, si sigues tomando vino, claro… Y es fácil, ya sabes… con su ajo, su cebolla, su pimiento y zanahoria… Pocho la verdura y luego añado la legumbre texturizada con un buen chorrete de vino tinto y especias al gusto.
    A parte frío unas patatas… Y está rebueno

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    • ¡Hola, guapísima! No sabía que fueras vegana, qué guay 🙂
      Yo vino no tomo a menos que vaya mezclado con frutita y licor ;). Para cocinar sí lo uso, aunque hasta ahora sólo el blanco. Probaré a hacer la receta que me dices con el tinto, a ver qué tal. Lo de la legumbre texturizada tampoco lo había oído en mi vida, así que si nos cuentas qué es, se agradece. Imagino que se podrá hacer también con seitán, no? Lo digo porque he hecho justo hoy, así que puedo intentar hacerla mañana. Anyway, ya te contaré.
      Muchas gracias por la receta y sobre todo por pasarte por aquí también. Tengo las mejores seguidoras del mundo 🙂

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  3. Anda! Hola…! Me acabo de enterar que me habiais contestado, no me había llegado notificación, asi que gracias G por ese «probabdo»
    Os contesto, La soja es en realidad una legunmbre, como sabreis, pero con motivo de sus toxinas no soy muy partidaria de abusar de ella como propone con la última moda. Lo cierto es que la soja tiene una gran versatilidad y da muchísimas posibilidades, una de ellas es la soja texturizada. De la misma manera que con la soja tambien se hace con las alubias de toda la vida, esas que son familia de las de la Fabada Asturiana, o Judión de la Granja. Ese es el ingrediente principal de la legumbre texturizada, aunque también tiene soja (en menor cantidad que la soja texturizada propiamente dicha) y alguna cosa más, si no me equivoco, la verdad es que lo compro a granel.
    Como inconveniente tenemos que el almidón de las alubias es de los más complicados de digerir y dan muchos gases, asi que el secreto es hacerlo a la antigua usanza: puchero lentito durante varias horas. Y si aun así no basta, un toque de alga kombu.
    Espero que os ayude. Y no, no soy ni vegetariana ni vegana pero igual que los veganos tengo mi propia ideología en alimentación por lo que a penas como carne, evito lácteos y limito el azúcar y el glúten. En unas cuantas ocasiones mis recetas pueden ser veganas.
    Tengo ganas de ese encuentro… Un abrazo

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  4. Parece que las notificaciones no son el punto fuerte de WordPress, porque a mí me acaba de llegar la de tu comentario 🙂

    Sí, la soja tiene sus más y sus menos. Por ejemplo, es la leche más coñazo de hacer porque no basta con dejarla en agua por la noche, además tienes que cocer las habas 30 min antes de meterles la batidora.

    Voy a buscar la legumbre esa que compras, a ver qué tal 🙂

    Un besazo, guapa.

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