patatas al curry con leche de coco

Esta receta empieza con Sombra, porque sin él no me habría pasado 6 días sin pisar la cocina y sin bajar a la frutería. Y el viernes por la mañana no habría tenido tanto antojo como para haberme puesto a planear qué podía hacer que fuera rápido y que necesitara poca verdura, porque sólo me quedaban patatas, 8 cebolletas y ajo. Y no me habría salido un plato tannnnn rico como para acabar repitiendo 3 veces. Y mi hija y Chema – su padre, mi ex, que come todos los días con nosotras- no se habrían quedado sin probarlas.

Si no sabéis quién es Sombra es porque todavía no seguís mi página de feis, ni veis las chuminás que pongo en ella, que salen en la barra lateral derecha por cierto. Pero no pasa na…  pa’qué estoy yo aquí si no es para contaros mi vida 🙂

viendo-una-peli

viendo ‘The miracle worker’ con Sombra y Paula 🙂

Sombra es, desde el sábado pasado, el tercer gato de nuestra familia. Tiene 12 años, pelo negro, ojos de búho, amarillos y redondos, y dos expresiones (como los actores malos): enfadado -aunque no signifique que lo esté- y sorprendido. Y es un amor. Pero un AMOR.

A Sombra y a su padre, Zeus, de 14, gris, preciosísimo también (como todos los gatos del mundo), los compró un señor en una tienda, porque se ve que los gatos abandonados se les habían agotado ese día e iban a tardar en entrarles, o algo. Luego el señor este se separó y su ex, no sé muy bien por qué, se quedó con los gatos. Ella no los quería pero como pensaba que él sí, se los llevó a un campo y allí los dejó. A dos gatos viejitos, de pelo largo, acostumbrados a vivir en un piso y a ser cepillados y cuidados. Para putearlo a él. Lo que pasó a continuación era más previsible que el desenlace de un episodio del Equipo A. Los gatos empezaron a adelgazar, por el estrés y porque sabe Thor qué comerían. Su pelo, antes largo y cuidado, se llenó de nudos y espigas que se les clavaban en la piel. Se deprimieron, porque los gatos llevan fatal los cambios. En fin, el kit completo.

Afortunadamente, alguien que sabía del estado de abandono en que los tenían consiguió que su «familia» los cediera a una asociación de Cáceres, Cristicats, dedicada a rescatar gatos de la calle.  Ellxs los llevaron a su vet, donde los esquilaron, porque no había manera de deshacer los nudos, les hicieron analíticas y comenzaron a luchar porque salieran adelante. Zeus sigue en ello. Y a Sombra lo hemos adoptado nosotrxs, así que de ahora en adelante no le va a faltar de nada, en especial cariño y atenciones.

sombra-y-liv

Livia y Sombra

Obviamente, traer un gato adulto, con su personalidad y sus manías, a un piso minúsculo donde ya había dos gatos, con sus personalidades y sus manías también, no era un reto pequeño. Pero cada uno es como es y a mí si hay algo que se me da bien es complicarme la vida. Y así fue como el sábado pasado, con una lluvia que parecía que se hubiera roto el cielo, con el miedo que me da a mí la carretera, nos metimos en el coche antes de que amaneciera y tiramos pa’Cáceres para recogerlo y traerlo a casa. A su casa. Y desde entonces, hasta el dahl de lentejas del jueves por la noche y las patatas del viernes por la mañana, todo lo que he hecho ha sido cepillarlo, decirle cosas al oído muy bajito, llamarlo, verlo dormir, responder a sus maullidos como si se tratara de una conversación, observarlo comer, mediar entre él y sus nuevos hermanos, averiguar qué le gusta y qué no, y hacerle tropecientasmil fotos. Vamos, menos cocinar…. 🙂

El caso es que ayer, a eso de las 12, mientras todos dormían, aproveché para meterme en la cocina, coger mi estuche de vapor para microondas de Lékué y hacer estas patatas que no tienen ninguna ciencia y están buenísimas. Si te gusta el curry, claro. Si no, no.

Si no tenéis el estuche de Lékué (que os recomiendo porque es muy práctico) y no queréis comprarlo, podéis hacerlo en cualquier tuper apto para micro. Si no tenéis micro, podéis hacerlas al horno, aunque os recomiendo que tapéis la fuente donde las hagáis con papel de aluminio, para que no se sequen, y le hagáis unos agujeritos con un palillo de dientes para que salga un poco de vapor.

Ea, al lío:

Ingredientes

  • 2 patatas grandes
  • 6 cebolletas pequeñas ó 2 puerros ó 1 cebolla grande.
  • 2 dientes de ajo pequeños ó 1 grande.
  • 200 ml de leche de coco (alta en materia grasa; vamos, que sea buena)
  • 1 Cucharada de curry
  • 1 cucharadita de comino molido
  • Sal
  • Agua
  • AOVE
  • Margarina vegetal

Preparación

Pica el ajo y la cebolleta (o el puerro, o la cebolla) pequeñito. En una sartén, echa un poco de margarina y pocha la cebolla y el ajo hasta que estén blanditos. Ten preparado un vaso de agua. Agrega un poco de sal, el curry y el comino y remueve bien. Se quedará como una pasta, así que no dejes de remover para que no se pegue. Cuando lleve un minuto o así, añade un poco de agua, la justa para que quede tipo salsa espesa. Retira del fuego y reserva.

patatas-al-curry

patatas al curry con leche de coco

Pela y corta las patatas en rodajas de medio centímetro de grosor (aproximadamente, tampoco pasa na si te salen más finas o más gruesas).

Unta un poco de margarina en la base y los laterales del estuche al vapor o del tuper o de la fuente, donde vayas a hacerlo. Ve colocando una capa de patatas, una pizca de sal, y un poco de la salsa de antes. Así, capa a capa hasta llenar el estuche. Acaba con una capa de patatas. Luego añade la leche de coco por encima, de modo que se irá repartiendo sola.

Si las haces al micro, con 20 minutos a potencia máxima debería bastar. Al horno no las he hecho, pero imagino que en 30 ó 40 minutos a unos 180º estarán listas. Si las haces así, me cuentas los tiempos y los añado 😉

Y aquí va mi consejo no solicitado de hoy: cuando las saques y las sirvas, procura, por mucha hambre que tengas, esperar al menos 5 minutos antes de meter el tenedor si no quieres achicharrarte el paladar.

.

sombraEsto ya no forma parte de la receta, pero aprovecho para recordaros que comprar animales es MAL. Que si queréis ampliar la familia, hay cientos, miles, de perros, gatos, conejos, ratas, pájaros y hurones (y más bichos que ahora mismo no se me ocurren) buscando un hogar. Y que hay montones de asociaciones que no dan abasto y de personas que se dejan su tiempo, su pasta (la que tienen y la que no) y su salud emocional en rescatar a animales como Sombra y Zeus. Como Omar, Pinocho, Merlín… Animales que vienen de situaciones muy duras, en muy mal estado y con carencias afectivas muy fuertes. Animales que, de no ser por ellxs, habrían tenido muy mal final.

Así que ADOPTAD siempre, por favor. Y si podéis colaborar, aunque sea en los teamings de las asociaciones, que consiste en donar 1 euro al mes, hacedlo, que no vais a salir de pobres por eso. Y difundid de vez en cuando en las redes sociales. Porque aunque parezca que no sirve pa’na, unx nunca sabe dónde puede llegar lo que comparte. Que se lo digan a Sombra. O a Susi en su día.

Hoy hace una semana que nuestro gato-búho está en casa. Y aunque aún le maúlla a sus nuevos hermanos cuando se cruzan, con tono de pocos amigos, ya comen juntos. También duermen, como veis, bastante cerca. Y eso es importantísimo, porque comer no deja de ser un acto social. Y yo estoy muy contenta. Porque lo veo mejorar por días. Y porque de entre todas las solicitudes de adopción que han tenido, la persona que lo rescató vio en nosotrxs a su familia. Y eso es muy bonito.

4 pensamientos en “patatas al curry con leche de coco

  1. Muchas gracias, linda <3. Si llega a quedarse contigo habría tenido la mejor familia también. Ya vendrás a verlo cuando pases por aquí.
    Desde luego, quererlo, ya lo queremos. Yo un montón. Y acaba de llegar…
    Ojalá Zeus encuentre la suya también.

    Me gusta

  2. Buenas, Clara! 🙂

    No es que haya dejado mi blog personal, es que últimamente me siento más cómoda hablando de cocina.
    A ver si te gusta alguna. Son todas veganas, pero en casa se las comen igual y hay un vegetariano y dos omnívorxs 😉
    Las hagas o no, gracias por estar por aquí también. Un beso, guapa.

    Me gusta

Replica a G. Cancelar la respuesta