seitán básico

Una de las muchas ventajas de no haber querido comer carne jamás es que cuando por fin puedes decidir qué comer y qué no, dejarla no te supone el mayor problema. Yo carne, al menos en comparación con la mayoría de la gente que conozco, he comido muy poca a lo largo de mi vida, tanto en cantidad como en variedad. He probado la ternera – en salsa, en albóndigas y en filetes- y siempre llegaba ese momento horrible en que se me hacía bola, me daban arcadas y montaba el número (que a veces funcionaba y a veces no). He comido cerdo, en filetes, creo, aunque no me acuerdo. [[Muchos años más tarde, siendo ya adulta, probé el jamón y el salchi por prescripción médica. Pero eso se merece una entrada aparte, aunque me envenene escribiéndola]]. Y, por supuesto, he comido pollo. De pollo sí que me he hartado, entre otras cosas porque en casa de mis padres, de primero siempre había sopa (de pollo). Y cuando digo siempre, quiero decir cada puto día del año. ¿Que íbamos a la playa? (e íbamos, somos de Cádiz) No pasaba na, unos platos hondos, un termo y a juí. No, no es coña. Mi madre llevaba un termo con sopa de pollo a la playa y mi hermano y yo nos la tomábamos sin rechistar. Tampoco me planteaba yo que aquello no fuera muy normal. Ni me quejaba mucho. Por lo menos ahí no veía al pobre pollo en forma de filetes, ni lo tenía que cortar con un cuchillo. Había días que sí, que tocaba cortarlo, porque el pollo además de en sopa, me lo tenía que comer a la plancha y empanado, este último en la playa, de segundo.

Inciso: Cuando Olga me dijo «hazteunputoblogdecocinaYA» yo ya sabía que esto podía llegar a pasar. Después de todo, yo sólo sé escribir así. Relaciono cosas, me enrollo y acabo contando mi vida hasta para dar una receta que se puede explicar en dos párrafos. Si queréis únicamente la receta, dadle pa’bajo. O buscad otro blog. Yo he dejado unos pocos en la barra lateral derecha y todos son geniales. Pero por aquí las cosas van a ser así porque de otra manera es que no me salen. La que avisa… 🙂

Y yastá, creo que ésas son todas las formas en las que he comido carne a lo largo de mi vida. Nunca he probado el pollo asado (la especialidad de mi padre), ni las hamburguesas (de origen animal), ni las salchichas (ídem), ni el kebab, ni la mayoría de los fiambres, ni patés (lo mismo), ni por supuesto los nuggets.

Spaguetti con ragú de seitán

Spaguetti con ragú de seitán

Pero, claro, lo mío no es lo habitual. En una sociedad como la nuestra, en la que la sabiduría popular (aka cuñaos) y no tan popular (médicos) asegura que hay que comer de todo dentro de una dieta saludable normal, porque si no te van a faltar proteínas y vas a tener anemia y te van a salir lunares en la piel, lo habitual es que el día que decides dar el paso y dejar de comer animales las pases putas. Primero, porque tienes que deshabituarte a algo que, quieras que no, es lo que te vas a seguir encontrando en todos lados (reuniones familiares, de amigos, cenas de empresa, etc.). Y que tú, de la noche a la mañana, quieras ir de guay y no comer productos de origen animal son ganas de crear un problema para todo el mundo. Snob, que eres un snob. Segundo, porque opinar es gratis y los muggles, incluso los que no se cuidan, necesitan de repente hacerte todo tipo de advertencias sobre tu forma de alimentarte, para amortizar, supongo, las horas que han invertido viendo Saber Vivir. Eso y bromitas que son de muchísima risa. Y tercero, pero no menos importante, porque el veganismo es un mundo aparte y si entras en él sin nadie que te guíe te puedes encontrar más perdío que el barco del arroz.

Existen unas hamburguesas, de la marca Vantastic Foods, que por lo visto se parecen bastante en el sabor a las de verdad. Yo no puedo comparar, así que no lo sé. De lo que doy fe es de que están espectaculares, que son carillas y que cuesta bastante encontrarlas porque son alemanas, creo. Aquí en España tenemos productos como el Calabizo, que es un chorizo vegano (que tampoco puedo comparar con el de verdad) a base de calabaza, que está que te cagas, sobre todo en los potajes, y que podéis conseguir en un montón de sitios; en su página mísmamente. Y bueno, como haber, hay tropecientas marcas de hamburguesas, salchichas, fiambres y demás, fáciles de encontrar, que cuando empiezas en esto del veganismo te hacen el avío. Pero en cualquier caso NO saben a carne. Ese mono lo tendréis que pasar quienes la echéis de menos.

seitán esponjosito

Seitán recién sacado de la olla. Esponjosito.

Y luego está el seitán, cuyo ingrediente principal es el gluten de trigo y que viene a ser como una especie de cerebro esponjosito y marrón. Mola o qué. Pero lo que de verdad lo hace especial es que no existe en el mundo muggle. No hay seitán de ternera, ni de cerdo, ni de pollo. Ni de calamares, ni de anchoas en vinagre, vamos. Quizá por eso ha llegado a convertirse en una de esas cosas de las que los vegans hacemos bandera. Y hasta camisetas. Salvo lxs vegans celíacxs, claro, por motivos obvios. Bueno, y los predicadores antigluten, que están convencidos de que el seitán es el mal. De todo tiene que haber.

seitanvapor

seitán al vapor

Yo no soy celíaca, debe ser una de las pocas autoinmunes que me faltan, y aunque sé que no es proteína de calidad, como la de las legumbres, sí que lo como de vez en cuando. Se puede comprar hecho pero yo nunca lo he probado. La chica de Red Verde, que fue la que me habló por primera vez de él, me dijo que no merecía la pena, que mejor me llevara medio kilo de gluten, que era muy fácil de hacer. Y tenía razón. Luego me dio la dirección web de Dimensión Vegana, especialistas en carnes vegetales y adoradores del seitán. Lo bueno que tiene el cerebrito este es su versatilidad. Haces la bola básica y de ahí puedes sacar filetes, cortarlo en taquitos para hacerlo en salsa, rallarlo y hacer ragú, usarlo en hamburguesas, en albóndigas… vamos, que menos bebértelo (que lo mismo también, yo acabo de llegar a este mundo) puedes hacer de todo con él.

Al principio la receta que yo seguía era la de Dimensión vegana, pero tenía algo que no terminaba de engancharme. Entonces Olga me presentó a Isa Chandra Moskovitz, literariamente hablando, y menamoré <3. Y una vez que se me pasó el ansia por descubrir nuevas recetas en sus libros y en su blog, me dio por buscar cómo hacía ella el seitán. Y aquello era otra cosa… Que no es que la de DV estuviera mal, pero la de Isa llevaba algo más que gluten y agua. Llevaba salsa de soja. Y yo AMO la salsa de soja, aunque me venga fatal para mi hípertensión. Así que la copié en mi cuadernito de recetas y desde entonces es la que sigo.

Voy a dejarla por aquí porque la original está en inglés y si a Rajoy le da por hacerse vegano no quiero que tenga que tirar del Google translator, pobre.

SEITÁN BÁSICO (receta de Isa Chandra Moskovitz)

Ingredientes:

(para hacer una bola de aprox. medio kilo)

* 1 Taza de gluten de trigo. El que enlazo es sólo una muestra para que sepáis qué estáis buscando, yo lo compro al peso en Red Verde.

* 3 Cucharadas de levadura nutricional /// Yo le pongo 4 porque me encanta.

* 1/2 Taza de caldo vegetal frío (*)

* 1/4 Taza de salsa de soja.

* 2 Cucharadas de zumo de limón.

* 1 Cucharada de aceite de oliva virgen extra (en adelante, AOVE).

* 2 dientes de ajo picaditos /// Yo en lugar de ajo crudo le echo 1 Cucharada de ajo en polvo.

* Yo además le echo 1 Cucharada de cebolla en polvo, 1 Cucharada de hierbas provenzales y 1 Cucharada de tomate seco picado por cada taza de gluten, y queda buenísimo.

Para el agua de cocción:

* 4 Tazas de agua.

* 4 Tazas de caldo vegetal.

* 1/4 Taza de salsa de soja.

Preparación:

Necesitarás 2 boles, 1 olla mediana, 1 juego de tazas medidoras, 1 juego de cucharas medidoras y papel film.

En uno de los boles pon los ingredientes secos, es decir, el gluten, la levadura nutricional, el ajo y la cebolla en polvo, las hierbas provenzales y el tomate seco. Mezcla un poco con una cuchara y reserva.

(*) Para que el caldo que vas a añadir a continuación esté frío como dice en la receta, lo que yo hago es echar un poquito de agua muy caliente en una taza de café, disolver en ella 1/4 de pastilla de caldo vegetal, echar ese caldo resultante en la taza con la medida 1/2 y añadir hielo o agua fría hasta completar la taza. Es más largo de explicar que de hacer. También puedes preparar el caldo caliente normal y esperar a que se enfríe, eso ya como tú veas.

En el otro bol pon el resto y bate un poco con un tenedor o unas varillas para que se integre todo bien. Luego agrega lo de este bol a la mezcla seca e integra, primero con una cuchara y luego, con las manos limpias (eso siempre), amasa durante dos minutos o así. Cuando no quede gluten a la vista y tengas una masa del color maroncillo, redondéala un poco contra las paredes del bol y luego déjala reposar 20 min. tapada con film transparente.

Mientras tanto prepara el agua de cocción. Yo echo la salsa de soja, 8 tazas de agua y 1 pastilla de caldo. Cuando hayan pasado los 20 minutos y el agua esté hirviendo, echa la bola de seitán al agua, tapa, baja el fuego y deja cocer 45 minutos.

ACTUALIZO: Otra opción, con la que queda mucho mejor de textura, es cocerlo al vapor. Yo lo hago en la Thermomix: 50 minutos / Temperatura Varoma / Velocidad 1.5. La idea la saqué del post del seitán de Veganizando. Si no tenéis robot, podéis hacerlo al vapor poniendo un cestillo de los que se ajustan a las ollas, como toda la vida de dios.

A los 45 minutos, apaga el fuego y deja reposar el seitán en el agua de cocción hasta que se enfríe. El agua de cocción no la tiréis, ojo. Sirve para conservar luego el seitán en el frigo.

Cuando puedas sacar el seitán sin achicharrarte, puedes guardarlo en el frigo, siempre junto con el agua de cocción, o bien entero en un tuper, o bien loncheado o en taquitos. También puedes cortarlo, escurrirlo un poco con las manos, envolverlo en papel film y congelarlo (sin el agua).

Recetas con el seitán como base hay cien mil. Ya iré poniendo. Pero éste también está muy bueno tal cual porque al ir tan especiado tiene bastante sabor. Yo lo corto en lonchas longitudinales y me lo hago a la parrilla, con un chorrito de AOVE, pimienta y orégano. En la foto lleva además esta salsa de tomate que tiene Olga en su blog y que es la mejor salsa de tomate que he probado nunca.

seitán con patatas y salsa de tomate

seitán con patatas y salsa de tomate

Si lo hacéis me contáis. Si tenéis cualquier duda, dejádmela en un comentario. Si el vuestro está mejor, por favor, compartid vuestras mejoras.

 

12 pensamientos en “seitán básico

    • 🙂 🙂 🙂

      Muchísimas gracias, Nieves.

      Me he pasado por tu blog. Yo también estoy enganchaíta al Ichoc, y lo del plástico también me chirriaba mucho. Qué interesante tu entrada al respecto. Voy a añadirlo a mi lista ahora mismito 😉

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  1. Pues aunque te parezca raro yo tampoco fui nunca de comer mucha carne (sí pollo, huevos y pescado, pero tenrnera y cerdo lo mínimo), nunca ha sido mi opción a no ser que fuera un bbq o un restaurante especifico, así que ahora que no la como nunca, ni la hecho de menos, incluso adoro mucho más las hamburguesas, albóndigas, morcilla y filetes veganos, me sientan genial y son buenos (sí, el calabizo es pecado, aunque me salió un poco caro)!!! Yo he hecho y publicado hace poco una boloñesa de lentejas increíble!
    Eso sí, nunca he probado el seitán, tengo ganas ya, si puedo comprar gluten a granel, no lo dudo, tiene buena pinta!

    Me alegro de que te hayas decidido con el blog, te sigo;)

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    • Buenas, Mireia 🙂

      Me acabo de pasar por tu blog también. Las lentejas que usas, ¿cuáles son? ¿Coral? Había leído sobre la bolognesa de lentejas pero aún no la he hecho, y no será porque no me chiflen las lentejas. Voy a probar tu receta en la próxima que haga y te cuento. Cuéntame tú también cuando pruebes el seitán 😉

      Y muchas gracias por pasarte, leer y comentar. Yo también voy a seguir el tuyo 🙂

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  2. Hola Gema, creo que ya te lo he dicho, pero por si acaso: me encanta tu blog y que te enrolles, eso le da vidilla y lo de menos (bueno, no tanto, pero sí, también ) es la receta. Me acabo de apuntar la del seitán, y no porque no lo haya hecho nunca, sino que es que no le cojo el punto, y lo mismo me sale blandengue que chicloso (de esos chicles antiguos tipo bazooka redondos con ranuritas, no sé si los pillaste, que había que tener dentadura de acero para mascarlos). A ver qué tal con tu receta. Lo que sí me gusta es cortar el seitán en trozos antes de cocerlo, así coge mejor el sabor.

    Y ya puestas me enrollo yo también: Yo era de las que le gustaban los filetes «poco hechos», esos que al apretar sale sangrecilla. Y mi comida favorita eran los boquerones en vinagre (que para eso soy de Málaga) y el muslo de pollo. La salchichas y hamburguesas nunca han sido santo de mi devoción, pero me encantaban los sesos, los higaditos (aunque nada de callos, uaj! qué asco) y he llegado hasta a comer lengua. Ahora hace ya 20 años que soy vegana y lo más que he echado de menos ha sido un bocadillo de salchichón, sí, es una tontería, pero de pronto me da la morriña del bocadillo del salchichón, luego se me pasa.

    Pues nada, a ver qué otras cosas ricas (y sobre todos historias intersantes) nos traes por aquí.

    Ah! y la que gano soy yo, con tantos blogs chulos que tenéis todas.

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    • Buenas, Rocío 🙂

      A mí también me gusta mucho el tuyo (aunque tengo que dedicarle más tiempo para ponerme al día), de hecho lo he enlazado en mi barra lateral ;).

      Lo de los filetes «con juguito», que decía mi padre, y que en realidad no es jugo sino sangre, siempre me ha generado muchísimo rechazo. Sobre todo porque hay mucha gente que cuando sabe que tú no comes carne, te lo enseña y bromea con eso mientras se lo come; o a mí al menos me ha pasado.

      Al hablarme tú de los sesos he recordado que a mí de chica también me los daban. Lo que pasa es que mi madre no me decía: «ten, hija, come sesos de vaca». Me decía: «hoy hay sesitos». Y yo lo que veía era una cosa finita, frita, que sí, que se llamaba «sesitos» pero que no asociaba con un cerebro de animal. Cuando supe lo que era los dejé de comer inmediatamente y pensando los que me habré comido me dan ganas de potar, jeje.

      Yo lo único que echo de menos a veces son los calamares. Pero vamos, estuve 5 días en Cádiz viendo todos los días platos de calamares de los que prepara mi madre y ni se me pasó por la cabeza meterme uno en la boca, así que por ahí bien. Ahora han sacado unos, no recuerdo la marca pero hablaré de ellos cuando los vuelva a comprar, que están que te mueres y muy conseguidos.

      Un beso, guapa. Gracias por venir a darme palique. Me encanta 🙂

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      • Hola Gema, te comenté lo del filete «con juguito» (como dice tu padre) y los «sesitos», no para darle asco a nadie, sino simplemente para que se vea que incluso gustándome esas cosas (de verdad que los «sesitos» me encantaban y el tuétano del hueso ese que las madres le echaban al puchero, lo mojaba con pan y me sentía afotunada de que ese día me hubiera tocado a mí, porque lo que salía era para una persona, y con 4 hermanos más, ni te cuento…), pues eso, que a pesar de todo eso, y quitando el absurdo bocata de salchichón, no echo de menos nada, porque la comida vegana me satisface por completo y he descubierto miles de cosas que si no nunca hubiera descubierto.

        Muchas gracias por ponerme en tu barra lateral, yo también te he puesto, pero el ordenador a veces hace cosas raras (es que no nos llevamos muy bien que digamos) y me ha liado toda la barra de blogs, así que si no te ves no es culpa mía, sino de la tecnología, que a veces es un asco.

        Ah! no sé a qué calamares te refieres, pero en Alemania hay una tienda online (alles-vegetarisch) que tienen muchas cosas interesantes, muchas de ellas de la propia marca (vantastic foods) y entre ellas están los calamares, te paso el link: https://www.veggie-shop24.com/food/fish-alternatives/vantastic-foods-veggie-calamari-300g-1022
        La página está también en inglés y envían a España al realizar un pedido por más de 79.- Euros (claro, no les puedes sacar el monedero y desparramarlo encima del mostrador, pero vale la pena ahorrar y hacer un encargo de vez en cuando).

        Esto de escribir es adictivo, ja, ja. Un beso!

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  3. Hola de nuevo, Rocío

    Lo sé, jeje, a mi ex también le gustaba la carne poco hecha (y le seguirá gustando, imagino) y ahora no la come porque se ha hecho vegetariano.
    A mí me pasó lo mismo, hacerme vegana me descubrió un mundo nuevo (culinariamente hablando) porque durante décadas me he alimentado a base de pasta y pizza, con lentejas ocasionales. Ahora la pasta, curiosamente, me la pide menos el cuerpo, no sé por qué será.

    Los calamares que yo he probado no son ésos, pero de esa marca, salvo una salsa de queso en polvo que estaba más mala que la droga, todo lo que he pedido me ha gustado bastante, así que los buscaré por aquí. Y a unas malas, si no los encuentro, los pido en esa página, aunque, reconozcámoslo, lo de no poder abrir el monedero y desparramar todas mis monedas de 2 cts. por el mostrador le quita encanto a la transacción… 😛

    Y ahora voy a ver si me pongo a escribir la receta de la salsa Alfredo de Miyoko, que la hice ayer y está poco buena 🙂

    Un beso, guapa.

    Pd. Gracias por añadirme tú también:)

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